Martín Heidegger comienza su libro definiendo el
concepto de origen, que significa aquí aquello de donde una cosa procede cuyo
por medio es lo que es y como es. Explica que el artista es el origen de la
obra, ésta es el origen del artista, ninguno existe sin el otro. También
presenta la relación entre la cosa y el arte, y la cosidad de la cosa, lo cual
genera un poco de confusión, sin embargo, de estos conceptos se basa gran parte del libro.
Lo cósico de la obra es notoriamente la materia de
que está hecha menciona Heidegger pues la materia es la base y el campo para la
conformación artística. Pero él mismo se pregunta para qué ha dado el
rodeo con los demás conceptos de cosa todavía vigentes.
Asimismo habla de lo útil, que tiene una peculiar
posición intermedia entre la cosa y la obra, siempre que se permita esta
seriación matemática. Hasta cierto punto del libro se aclaran dos puntos: como
medios para captar lo que tiene de cosa la obra, los conceptos de cosa
dominantes no bastan y que el cimiento de cosa con el que quisimos captar la
más patente realidad de la obra no pertenece de ese modo a la obra.
Lo importante es abrir por primera vez la mirada para
que se nos acerque más lo que tiene de obra la obra, lo que tiene de útil lo
útil, lo que tiene de cosa la cosa, cuando concebimos el ser del ente. La obra
de arte abre a su modo el ser del ente. Esta apertura, acontece en la obra. En
la obra de arte se ha puesto en operación la verdad del ente.
La obra se distingue sobre sí misma abriendo un mundo
manteniéndolo en imperiosa permanencia. Ser obra significa establecer un mundo.
La obra como tal, únicamente pertenece al reino que se abre por medio de ella.
La desocultación (verdad) no es ni una propiedad de las cosas, en el sentido
del ente ni de las preposiciones.
La proposición: la esencia de la verdad en la
no-verdad, no quiere decir que la verdad sea el fondo de la falsedad. Mucho
menos significa esta proposición que la verdad nunca sea ella misma, sino que
es también siempre su contrario, para representarlo dialécticamente.
En el transcurso de la lectura fue muy complicado comprender el sentido de la
lectura, pues me parecía que daba muchos rodeos con conceptos que no son tan
conocidos como cosidad y ente. Creo que estaría mejor este libro sin estos
rodeos, aunque éstos nos ayudan a analizar más el texto pues en la mayoría de
los párrafos tienes que hacer un esfuerzo mayor para lograr interpretar a lo
que se refiere Heidegger, sin embargo aún así pienso que no son para nuestro
nivel de comprensión lectora de primer semestre de preparatoria.
De igual forma hace mucha redundancia, lo cual
confunde más al lector pues no es una redacción que sea muy clara. Recomendaría
este libro a personas que estudien la Universidad o a profesionistas para que
puedan entender bien el texto.
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